Dentro de las convencionales, están las las de ácido selladas y las de ácido no selladas. Las de ácido selladas duran mucho, y al estar cerradas, no requieren ninguna acción de mantenimiento. Las de ácido no selladas tienen un compartimento de agua, que deberás revisar con cierta regularidad para garantizar que la vida útil de la batería sea la máxima posible.